La invención del elevador no solo permitió un Nuevo estilo de arquitectura, sino que también tuvo un profundo efecto en nuestra cultura..
Los elevadores han existido por más de 2000 años – Vitruvio el primer arquitecto romano, menciona un diseño por Arquímedes que data del 235 AC. Sin embargo, no fue hasta 1853 que se probó que los elevadores eran seguros para
el uso diario.
En 1857 se instaló el primer elevador de vapor en el edificio Haughwout en Nueva York. Este edificio era únicamente de 5 pisos, la altura máxima típica para edificios comerciales y residenciales antes de la invención del ascensor. A pesar de su poca altura, un gran número de clientes y personas iban al lugar a formarse únicamente para tomar el ascensor.
A partir de ahí, el uso del elevador se incrementó, así como el comienzo de un nuevo tipo de edificios con alturas antes inimaginables. Durante más de 150 años, los elevadores han proliferado y evolucionado en diseño y funcionalidad. Aunque en su mayoría los elevadores son cajas metálicas dentro de un edificio, existen también ascensores que son un espectáculo por ellos mismos como los de la Torre Eiffel o los del Burj Khalifa, que pueden alcanzar una velocidad de hasta 60 km/h.
Algo curioso que remarcar es cómo funcionan los ascensores en los rascacielos, donde es necesario cambiar de cabina después de determinado número de pisos. Esto es principalmente porque existe un nivel seguro de pisos que un elevador puede subir con los cables de acero que los levantan y descienden.
Recientemente, se han anunciado nuevos cables para elevador hechos de fibra de carbón, más ligeros y resistentes que el acero, los cuales traerán una nueva generación de elevadores que podrán subir hasta un kilometro de altura sin necesidad de cambiar de cabina.
La cima del edificio = la cima del éxito
Otro cambio social que trajeron los elevadores fue convertir a los penthouses en el máximo ícono de glamour y poder. El ascensor se volvió un equipo tan confiable que incluso las personas más acaudaladas lo podían usar para vivir en la cima de los edificios residenciales más altos e icónicos del mundo. Donde antes en lo más alto se encontraban áticos y cuartos del personal de servicio, el elevado convirtió estos espacios en las propiedades más codiciadas del mercado.
En conclusión, 1853 marcó la pauta para una tecnología que se rehúsa a frenar; una forma de transportación vertical que cambió la arquitectura y la cultura para siempre mientras nos permitía alcanzar alturas jamás imaginadas por el ser humano.